domingo, 17 de enero de 2010
He sido testigo de la gran valentía de un corazón, han pasado por encima del mismo manadas de las peores bestias y sin embargo he visto la forma en la que se levanta y batalla; siento el irrompible vinculo de ese corazón con su mismo espíritu, ahí recide la fuerza del ser, esa fuerza que se recibe como don otorgado por el único creador del todo. Se quien soy, pero el lo sabe mejor, el ya me ha visto hasta el ultimo de todos mis días en Tierra y aun mas allá.
Esta mirada penetrara y abatirá, si es que por mala fortuna del maligno, me lo fuese a encontrar. Ya siento el miedo con que me ha de mirar, pues mi mirar sera mas mortal que el filo y el peso de mi propia hacha. Siento la fuerza y la certeza de lo que palpita dentro de mi, de lo que soy... entonces puedo dirigir el rostro hacia el frente y emprenderme cantando un canto de esperanza...
Esta mirada penetrara y abatirá, si es que por mala fortuna del maligno, me lo fuese a encontrar. Ya siento el miedo con que me ha de mirar, pues mi mirar sera mas mortal que el filo y el peso de mi propia hacha. Siento la fuerza y la certeza de lo que palpita dentro de mi, de lo que soy... entonces puedo dirigir el rostro hacia el frente y emprenderme cantando un canto de esperanza...
Etiquetas: Escritos
1 comentarios:
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A las 17 de enero de 2010, 10:31 , ha dicho...
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