Verloren Spirale

Sollicedneud Sosollirb

jueves, 24 de febrero de 2011



Torre gris... pronto ellos no habitaran en tu interior... las sonrisas brillantes de los duendecillos no colorearan tus grises muros y no correrán por los solitarios pasillos ¿quienes harán dibujos en tus paredes ahora?... no borrare ni un solo rayon de crayola, se que así los recordare siempre. Todo este tiempo habían estado aquí y muchas veces no miramos hacia abajo para encontrar sus cristalinas miradas y tantas veces no quisimos jugar con ellos, ¿quienes me perseguirán? ¿a quienes perseguiré jugando a que soy una bruja que desea cocinar sopa de duende?, ¿quienes me ayudaran a atrapar a los conejos?... ellos eran tan buenos en eso ya que son tan pequeños y rápidos como para encontrar sus escondites... esos duendecillos siempre me escuchaban cuando los adultos perdían sus oídos... con ellos escapaba corriendo de las reuniones aburridas.

Amaron siempre que les diera panqueques con mermeladas de frutos rojos y me hicieron tropezar tantas veces con sus objetos curiosos tirados por todas partes, uno de ellos, el mas inquieto de todos lograba encontrar paz al frotar mis cabellos con sus pequeñitas manitas, desaparecía ciertos objetos del interior de la Calabaza Gigante en la que duermo y bien hacia magia con ayuda de conejos; otro, el cantarín de voz tan suave, el que siempre me miraba desde lejos con una mirada tan tierna y me acompañaba a la recolección de plantas mágicas... muchas veces el no fue escuchado.... el tercero a veces visitaba y a veces no, tal como un remolino pasaba danzando, se escuchara música o no, nadie sabe si el pudiese escuchar algo que nosotros no y curiosamente se enfadaba de una forma muy graciosa. Los duendecillos siempre sorprendían con las cosas que contaban y sus sueños me hacían abrir mucho los ojos y sonreír por tanta magia y les resultaba divertido ser perseguidos a causa de sus travesuras...

¡Duendecillos nunca dejen de ser lo que son!... no olviden el camino hacia esta vieja Torre Gris y yo reconoceré las largas veredas que me lleven hasta donde ustedes... debemos recordar que hay raíces que no pueden ser desprendidas, no morirán...

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1 comentarios:

  • A las 6 de marzo de 2011, 14:45 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    !Pero que sería de la luz sin los duendecillos!


    Recibid siempre a los brillosos duendecillos, señorita que vive en una calabaza :)

     

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