miércoles, 29 de febrero de 2012
De Gustavo Adolfo Bécquer
Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelta entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!
Ráfagas de huracán que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas,
arrastrada en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!
Nube de tempestad que rompe el rayo
y en fuego ornáis las sangrientas orlas,
arrebatada entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!.
Llevadme, por piedad, a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!.
4 comentarios:
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A las 3 de marzo de 2012, 22:45 ,
ha dicho... -
A las 28 de marzo de 2012, 20:12 ,
Pi ha dicho...El mar déspota elije con cuidado a quienes se adentran en él para no salir. Mas si amais a las saladas aguas y si con humildad te acercas a él, aún en sus mas caóticas y revoltosas sacudidas, las olas cual dedo delicado se acerca a limpiar las lágrimas escurridas, y misericordioso del dolor ajeno se hace a la tarea de albergar el llanto de los humanos, recordándonos que no estamos solos. Nunca.
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A las 3 de abril de 2012, 2:53 ,
Plantae Spirale ha dicho... -
A las 11 de abril de 2012, 5:18 ,
Plantae Spirale ha dicho...
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