Mis pasos me llevaron a mirar a través de aquel ancho ventanal y reconocí el piano que se sitúa aun en el mismo sitio, lo escuché sonar, pero esta vez no por tu causa y rápidamente sin cerrar los ojos aquel viejo recuerdo se revivió, ya no veía nada ni escuchaba nada, solo aquel recuerdo. Una noche te fui a buscar y sin hacer ningún ruido y mágicamente confundiéndome con los árboles te contemple a través del ventanal, estabas al fondo en aquella esquina con vuestras manos acariciando el piano... era el dulce y melancólico Nocturno en mi bemol mayor de Frédéric Chopin, lo hacías con un amor que me cautivó y me dejó flotando, creo que mi amor va a vivir para siempre ahí... en ese instante, en ese suspiro de la vida. Te dije que deseaba escucharlo de ti hasta que nuestros cabellos fuesen como rayos de luna.
Aun en el filo... casi a punto de caer en el abismo te amo con certeza y no quiero soltar tu mano... no quiero que nos perdamos...
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Pi ha dicho...
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