domingo, 26 de enero de 2014
Es como probar una ciruela de color guinda, rasgas la delgada tela superficial que sabe tan agria y entras en el dulce sabor de su pulpa. Ambos sabores se mezclan de una manera tan única... duele y a la vez deleita.
La disonancia es tan bella y aún así, cada que suena me quedo sin respiración... lloro y a la vez sonrío mientras yazgo empapada bajo una airada tormenta... sintiendo dentro, cierta inquietud y cierta calma.
Etiquetas: Escritos