Verloren Spirale

Purificación...

martes, 8 de abril de 2014

 

Hace un mes y siete días me recostaron en medio de una habitación completamente blanca. Me despojaron de todo y entre lamentos las agujas entraron en mis venas; podía sentir como fluía la sustancia dentro de mi, provocando un dolor que se expandía quemando. Comencé a sentir como se iba desvaneciendo mi cuerpo, cada vez mas lo sentía menos. Quedé insensible de las costillas hacia abajo completamente. Las potentes drogas comenzaron a nublar mi vista, mas no me fui del todo...

Allí, ya tendida sin fuerzas ni voluntad para huir con todo y mi cuerpo, me entregué al creador de todos los universos. A veces me iba a sueños que no recuerdo y a veces regresaba a la sala blanca, mis ojos se abrían y veía la encandilante lampara que flotaba sobre mi cuerpo abierto y ensangrentado. Escuchaba sus voces, escuché cuando alguien pedía las tijeras. Después volvía a regresar a los sueños olvidados, o a la nada.
Utilizaron sus cuchillos en mi, me abrieron y desacomodaron todo dentro de mi vientre, hasta llegar al gran tumor que había estado creciendo internamente. Repentinamente volví a despertar temblando aún más descontrolada, sentía esta vez un frió que me atormentaba, un frió que permanecía, un frió que me hacia sentir en medio del ártico. Temblando allí en esa sala blanca creí que estaba muriendo, que podía ya sentir el frió de la muerte. Escuchaba el sonido constante de las maquinas a las que estaba conectada, mis brazos estaban sujetos y extendidos hacia los lados, no paraba de temblar y todo parecía lento y borroso. Tuvo que ir alguien a sujetarme las manos por un momento, pues el temblor había incrementado y susurraba débilmente, sin fuerzas... "ya no puedo más... ya no puedo más..."

Después me volví a ir de la sala... y al volver a abrir los ojos me dijeron: "Estamos finalizado."  Fue el lapso de hora y media mas largo de toda mi vida...

Depronto ya estaba en una camilla esperando a que mi cuerpo recobrara la sensibilidad, pero el frío permanecía e incrementaba. Y mientras mi cuerpo se despertaba, un dolor insoportable comenzaba a reinarme... y ni las potentes drogas lo calmaban... ni la morfina pudo contra la verdad de una larga y profunda herida recién hecha... tan fresca. No estaba solo consciente de mi martirio... podía escuchar los lamentos de tantas personas... fue como visitar el temido lugar de fuego que quema a las almas...
Creo que si todas las personas del mundo entraran unos momentos a esas salas blancas dejarían de hacer muchas cosas que dañan... querrían cambiar varias cosas...

Sentía el cuerpo totalmente deshecho, como si estuviera completamente partida, tirada en medio de un campo de batalla... allí instigada por los intensos dolores me quedé sin dormir y vi nacer el sol... Sabia que debía resistir... seguir luchando, pero sentir el estado de mi cuerpo me hacia pensar en que parecía imposible volver a verme erguida y corriendo a través de los prados verdes... sin embargo eso imaginaba... que mi alma podía correr libremente por esos paisajes, y pensaba en todo lo que me gustaría hacer al sanarme... pero otras veces atormentada por los dolores parecía que no lo lograría... las lagrimas se me escurrían y solo quería poder dormir en paz y por fin descansar.

Pasaron días y días, solo veía el movimiento del exterior a través de mi ventana, y cuando por fin me levanté para salir al mundo nuevamente... tuve que volver a entrar de emergencia al quirófano, pero no otra vez al de los asuntos físicos, del cuerpo... entré esta vez al quirófano de los asuntos del corazón... del alma. No había ningún cirujano al rededor... yo misma tuve que ser fuerte y abrirme a mi misma. Me arranqué lo que tanto amé, lo que profundamente e incomprensiblemente amé durante tantos años, lo que tanto me fallo, lo que tanto me lastimo, lo que tanto me mintió y quedé desgarrada. Estaba enteramente entrelazado a a mi alma, no podía desprenderse sin dejar a mi alma con una herida que parece mortal. 
Hace seis primaveras llegó y esta primavera lo despidió. Lo ame con la fuerza de mil millones de mares juntos e impetuosos.... y con la dulzura y pureza de un manantial pacifico, cristalino e iluminado por la luz recién nacida. Dejé que el amor creciera como un bosque sin limites... sin fin... amé por primera vez, y fue con todo mi corazón. 
El diamante que latía en mi y que entregué fue desdeñado y fue roto por el engaño, y tal daño es irreparable con magia mortal. Esa magia destinada a morir, esa magia tan falsa, tan débil... esa magia tan banal vestida de oro. Las palabras, las apariencias adornadas se han hecho polvo y los hechos se hunden en mi como hojas filosas de hierro.

El resplandor dorado de los árboles se extinguió, desterré a lo falso y huyó sin remedio, fue de inmediato hacia lo insustancial, sin mirar atrás, sin guardar luto por la perdida, por nada. Cada paso que dio hacia allá, lo retrocedió de mi y creó un hoyo insondable que nos separó para siempre. Me quedé sola sosteniendo entre mis brazos lo que amé y tuve que arrancar. Mis lagrimas se convirtieron en ríos caudalosos; sin embargo diga lo que diga nada podrá exhumar la entera verdad que solo conoce el rey del todo.

El tumor y ese amor... crecieron casi juntos y ahora casi simultáneamente me despido de tales causas de tanto dolor... para siempre. Me negué tanto tiempo a entrar al quirófano para que extrajeran el tumor y así mismo quise ser ciega tanto tiempo... 

Aguanté los dolores del cuerpo y del alma, acepté y acepto cada herida, cada detalle... por que se que ha sido necesario para mi espíritu...

La  aguda aflicción me esta purificando y el cielo me ha dicho que esta pieza musical en tonalidad menor, al final terminará con un acorde mayor...  me mostrará el camino indicado...



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2 comentarios:

  • A las 15 de abril de 2014, 14:39 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Y como has dicho, si las personas entraran por un momento en esas salas de recuperación (la física y la del corazón), dejarían de hacer tantas cosas...

    Con todo mi corazón espero que al finalizar la obra, un glorioso acorde mayor resuene para concluir.

     
  • A las 15 de abril de 2014, 17:57 , Blogger Universos virtuales ha dicho...

    Ánimo. Al final solo queda lo real. Recuerda que hay muchos guerreros como tú dispuestos a luchar contigo y por ti. Eres un ser muy valioso. No desesperes, la paciencia no suele ser amiga del tiempo pero son inseparables. Sanarás y tu alma seguirá tan libre y verde como siempre ;)

     

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